miércoles, 15 de agosto de 2012

ESCUELA SOCRATICA


¿Quién fue Sócrates?

Sócrates (c. 470-c. 399 a.C.), fue un filósofo griego fundador de la filosofía moral, o axiología que ha tenido gran peso en la filosofía occidental por su influencia sobre Platón. Nacido en Atenas, hijo de Sofronisco, un escultor, y de Fenareta, una comadrona, recibió una educación tradicional en literatura, música y gimnasia. Más tarde, se familiarizó con la retórica y la dialéctica de los sofistas, las especulaciones de los filósofos jonios y la cultura general de la Atenas de Pericles. Al principio, Sócrates siguió el trabajo de su padre; realizó un conjunto de estatuas de las tres Gracias, que estuvieron en la entrada de la Acrópolis hasta el siglo II a.C. Durante la guerra del Peloponeso contra Esparta, sirvió como soldado de infantería con gran valor en las batallas de Potidaea en el 432-430 a.C., Delio en el 424 a.C., y Anfípolis en el 422 a.C.

Tras la muerte de Sócrates, la cual tuvo lugar aproximadamente en el año 399, muchos de sus discípulos se dispersaron, aunque algunos de ellos llegaron -incluso- a fundar importantes escuelas filosóficas, teniendo en algunos aspectos una importancia destacada de cara a la evolución de la propia filosofía en la Historia de Grecia (o, mayormente, en la historia de la filosofía greco-latina).

Ya conocimos en anteriores entradas una de las escuelas más importantes: aquella fundada por Platón (la Academia), en donde se desarrollan amplia y trabajadamente aspectos que tenían que ver tanto con la psicología como la propia ciencia, elaborándose con ello la doctrina denominada de las Ideas, cuestión que se produce a partir de la búsqueda que de la definición y el concepto hace Sócrates y sus posteriores discípulos. Como hemos visto, profundizará a su vez en temas relacionados con el alma (un estudio relacionado directamente con la corriente pitagórica). 

Pensamiento


1.Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos seguidores, nunca creó una escuela filosófica. Las llamadas escuelas socráticas fueron iniciativa de sus seguidores. Acerca de su actividad filosófica nos han llegado diversos testimonios, contradictorios entre ellos, como los de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que suscitan el llamado problema socrático, es decir la fijación de la auténtica personalidad de Sócrates y del contenido de sus enseñanzas. Si creemos a Jenofonte, a Sócrates le interesaba fundamentalmente la formación de hombres de bien, con lo que su actividad filosófica quedaría reducida a la de un moralista práctico: el interés por las cuestiones lógicas o metafísicas sería algo completamente ajeno a Sócrates. Poco riguroso se considera el retrato que hace Aristófanes de Sócrates en "Las nubes", donde aparece como un sofista jocoso y burlesco, y que no merece mayor consideración.


2.Más problemas plantea la interpretación del Sócrates platónico: ¿Responden las teorías puestas en boca de Sócrates en los diálogos platónicos al personaje histórico, o al pensamiento de Platón? La posición tradicional es que Platón puso en boca de Sócrates sus propias teorías en buena parte de los diálogos llamados de transición y en los de madurez, aceptándose que los diálogos de juventud reproducen el pensamiento socrático. Esta posición se vería apoyada por los comentarios de Aristóteles sobre la relación entre Sócrates y Platón, quien afirma claramente que Sócrates no "separó" las Formas, lo que nos ofrece bastante credibilidad, dado que Aristóteles permaneció veinte años en la Academia.

3.El rechazo del relativismo de los sofistas llevó a Sócrates a la búsqueda de la definición universal, que pretendía alcanzar mediante un método inductivo; probablemente la búsqueda de dicha definición universal no tenía una intención puramente teórica, sino más bien práctica. Tenemos aquí los elementos fundamentales del pensamiento socrático..


4.Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates criticará ese relativismo, convencido de que los ejemplos concretos encierran un elemento común respecto al cual esos ejemplos tienen un significado. Si decimos de un acto que es "bueno" será porque tenemos alguna noción de "lo que es" bueno; si no tuviéramos esa noción, ni siquiera podríamos decir que es bueno para nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos? Lo mismo ocurre en el caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto moral. Para el relativismo estos conceptos no son susceptibles de una definición universal: son el resultado de una convención, lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en otra. Sócrates, por el contrario, está convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en todas las ciudades, y que su definición ha de valer universalmente. La búsqueda de la definición universal se presenta, pues, como la solución del problema moral y la superación del relativismo.



La escuela cínica
Aunque puede pensarse todo lo contrario, el nombre de esta escuela no tiene nada que ver con el término cínico(desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables), sino en el lugar preciso y exacto donde su fundador, posiblemente el filósofo Antístenes(discípulo de Gorgias y posteriormente de Sócrates) enseñaba sus doctrinas y pensamientos en la ciudad de Atenas, exactamente en un gimnasio que recibía el nombre de Kynosargés (un término que podría traducirse como “casa del perro”).
Este filósofo rechazó la teoría de las Ideas (propuesta años antes por Platón), defendiendo una ética relacionada con la independencia y la propia autosuficiencia, y trabajando profunda y exhaustivamente -a su vez- en el ideal del cosmopolitismo, de la vida natural. Conceptos a través de los cuales llegó a rechazar de forma tajante tanto a la familia como al Estado. “Para el sabio no hay leyes, ni patria, ni familia, ni Estado” indica.
Finalmente, Diógenes de Sínope es el mejor ejemplo de la actitud y filosofía cínica, con sus ataques directos y duros a los convencionalismos sociales.